Si estás pensando comprarte una cámara para tus próximas vacaciones, dale una oportunidad a cualquiera de las Olympus (desde finales del 2021 OM-System) de la serie OMD-EM1 o EM5 e incluso la benjamina de la familia, la EM10.
Salvo la versión IV yo he tenido todas las EM10 (ahora mismo una III S), la EM1, la EM5 (que fue mi primera Olympus) y ahora te hablo de mi experiencia con el kit de la EM5 II junto con el objetivo todo terreno 14-150 mm.
Si quieres ver un análisis exhaustivo de la cámara y el inglés lo lleváis más o menos bien, podéis leerlo en: https://www.dpreview.com/reviews/olympus-om-d-e-m5-ii
Yo no voy a hacerte un análisis exhaustivo, sino contarte mi experiencia de usuario y por qué me permito aconsejarte esta cámara y objetivo con total seguridad.
La EM5 II es una cámara realmente bonita, de las que suelen llamar la atención. Tiene un cuerpo pequeño y ligero, con un ligero sabor a cámara retro, que cae bastante bien en la mano a pesar de su reducido tamaño. Sus hermanas de la serie EM1 (ahora OM-1) se cogen mejor debido a su empuñadura que recuerda a cámaras réflex más grandes tipo Canon o Nikon. Pero a pesar de no ser muy grande, el diseño tanto de la parte delantera como trasera hace que no eches de menos una gran empuñadura y la sujeción de esta Olympus es cómoda y firme.

Combinada con el objetivo 14-150 mm., el conjunto sigue siendo ligero y a la vista se ve muy equilibrado.
Tanto la cámara como el objetivo son resistentes a la intemperie. Si te decides a investigar por internet qué tal resulta en un uso real dicha resistencia a los elementos, te encontrarás que tienes que gastar al menos el triple de dinero para encontrar cámaras que resistan mejor las inclemencias del tiempo y la arena de la playa. Como anécdota, un alumno mío que compró este mismo en el 2018, lo estrenó fotografiando auroras boreales por debajo de los 20 grados bajo cero y me comentaba orgulloso que su “OLY” fue la única cámara del grupo que estuvo haciendo fotos hasta el final de la excursión.
Otra característica que hace que sea una grata experiencia fotografiar con Olympus en general y con esta EM5 II en particular es su sistema de estabilización de imagen en el cuerpo, que funciona igual de bien para fotografía y para vídeo. A pesar de que mi pulso no es para tirar cohetes y de que he aprovechado a menudo el zoom en su máxima ampliación, ni una sola fotografía de las que he hecho durante las vacaciones ha salido trepidada. He tenido y tengo cámaras de otras marcas, también estabilizadas, y te aseguro que Olympus es la reina en este aspecto.
La forma de configurar la cámara y los menús son los mismos que cualquier otra Olympus, y para mi gusto el menú rápido en pantalla, que Olympus llama SCP (super control panel) es el mejor, más completo e intuitivo de los que hay en el mercado. Además, la pantalla es táctil, por lo que si prefieres la pantalla a los botones, no tendrás problemas. Si no te gusta tanta información, pulsando la tecla INFO pasas a un menú guiado más en línea con los menús en pantalla que puedes encontrarte en Nikon o en Sony. Al igual que todas las cámaras modernas de gama media-alta, tienes también muchas opciones para configurar los botones a tu gusto.
Uno de los botones que más uso y que más me gusta como está planteado en Olympus es el del bloqueo de la exposición AE-L (Auto Exposure Lock). Una vez que lo pulsas, la medición se queda en la memoria de la cámara y, a diferencia de otras cámaras, puedes ir haciendo y revisando fotos y dicha medición sigue en la memoria hasta que vuelvas a pulsar el botón para borrarla. Además, te permite alterar el diafragma, el tiempo o el ISO y la cámara reajusta de nuevo las variables que la cámara pueda usar para mantener la misma exposición. Por ejemplo, si estás en prioridad a la abertura de diafragma (A) y al escoger f:8 y pulsar el botón AE-L la cámara te marca un tiempo de 1/250 seg., puedes cambiar a f:5.6 y la cámara cambiará el tiempo a 1/500 seg. Incluso si la foto final no te convence, también está activa la compensación de exposición para que corrijas sin tener que hacer otra nueva medición y bloqueo. Esta flexibilidad no la tienen otras cámaras. Honestamente hay tanto control sobre la exposición que con esta cámara apenas he usado la exposición en manual (M).
Siguiendo con la exposición, la EM5 II te da toda la información que necesitas para no tener que repetir jamás una foto. Tienes histograma doble en tiempo real. Como lo oyes, el histograma es doble. Tienes el normal de luminosidad de toda la escena que tienen otras cámaras, pero es que hay superpuesto en color verde otro histograma, que corresponde a la luminosidad del punto de medición central únicamente. Y para remate, antes de hacer la foto puedes activar también los avisos de sobre y subexposición que funcionan con la estética de los programas de Adobe, mostrando las áreas sobrexpuestas en naranja y las subexpuestas en azul. Hay que ser tremendamente torpe para no clavar la exposición perfecta antes de hacer la fotografía si eres propietario de una EM5 II.
Otro aspecto que me llama la atención de esta Olympus es que, al contrario de su estimada competencia, cuando enfoca lo hace siempre con el diafragma totalmente abierto, como todas las cámaras réflex y como casi ninguna de otras cámaras mirrorless. Esta característica hace que, obviamente, la cámara vuele enfocando y la precisión sea espectacular comparada con otras cámaras mirrorless y a la altura de las mejores réflex, con la ventaja de que, al enfocar en el plano del sensor, no te encontrarás ni con front focus ni con back focus. El enfoque al ojo, además, es mucho mejor que toda una Fuji XT3 o que una Sony a6500, cámaras ambas que tenemos en la familia y que he tenido la oportunidad de probar y comparar. No estoy hablando del seguimiento (eye af tracking) sino de hacer un retrato con persona estática y pedirle a la cámara que enfoque en los ojos. Esta Olympus lo clava siempre. Otras cámaras no siempre. En esto tiene mucho que ver que el diafragma esté totalmente abierto, ya que el aumento del caudal de luz y la disminución de la profundidad de campo hace que la cámara reconozca con mayor precisión dónde esta exactamente el plano que hay que enfocar.
En cuanto al ruido generado por un sensor micro 4/3, de menor tamaño que un APS-C o que un full frame cuando vamos subiendo el ISO, pues efectivamente el ruido es mayor. No es ningún secreto y nadie te lo va a discutir. No obstante, como me decía mi abuela siempre hay que preguntar: ¿comparado con qué? Si vas a disparar con buena luz o con luz regular con trípode y el ISO a 200, el ruido no debe preocuparte lo más mínimo. Y si estás seguro de que vas a necesitar elevar mucho el ISO, te aconsejo que mires la prueba que te comentaba al principio del artículo, donde puedes comparar esta Olympus con cámaras de sensor más grande y sacar tus propias conclusiones, pero ya te adelanto que si la comparas con una Canon de sensor APS-C como la EOS 700D están totalmente igualadas. Y si miras el rendimiento de su rango dinámico en la web DxO Mark verás que trata de tú a tú a la mismísima Canon EOS 5D Mark III. Eso del rango dinámico tan amplio a pesar del sensor micro 4/3 lo llevo yo comprobado desde que con esa cámara hago mis trabajos de fotografía inmobiliaria en la que puede verse tanto el interior del salón como lo que se ve a través de las ventanas.
Pero no termina ahí la cosa. Esta Olympus está llena de sorpresas. Una de ellas no es exclusiva de esta Olympus, sino que es común a cualquier Olympus moderna. Me estoy refiriendo al modo live composite. Este modo es genial para hacer rastros de luces de coches, light painting y circumpolares. La cámara hace una fotografía del tiempo que tú le marques, digamos unos dos segundos, y sigue haciendo fotos de dos segundos hasta que la detengas. Cada nueva foto que hace la compara con la anterior, y la cámara añade más exposición solo en los píxeles que han recibido más exposición que en la foto anterior. Si la exposición es la misma o menor, la cámara no añade nada. Esto me permite por ejemplo sacar circumpolares con el firmamento absolutamente negro excepto en los trazos que dejan las estrellas. La foto de rastros de coches que ves aquí debajo se hizo con un tiempo base de 2 segundos durante un tiempo de exposición acumulado total de 90 segundos. Es totalmente imposible hacer una fotografía así sin live composite. También tienes live time, que es como el BULB de otras cámaras excepto porque al igual que con el live composite, puedes ver en la pantalla cómo se va formando la imagen en tiempo real y parar en el momento que quieras.

Segunda sorpresa, que tampoco es exclusivo de esta cámara, es la incorporación de un horquillado de enfoque (focus bracketing en inglés). Consiste en que puedes automatizar que la cámara haga varias fotografías enfocando un primer plano y luego cada vez un poco más lejos de forma que combinando todas las tomas obtienes una que tiene nitidez desde el primer plano hasta el fondo. Para obtener la foto final te hará falta Photoshop y emplear ahí el apilado de enfoque (focus stacking). Si buscas por internet encontrarás unos cuantos tutoriales para hacerlo. También puedes usar el modo apilado de enfoque que trae la propia cámara. En este caso el número de fotos está limitado a 8 y la cámara te ofrece un archivo JPEG acabado y listo para darle el uso que quieras.
Tercera sorpresa, el modo HR, high resolution. Consiste en que la cámara hace 8 fotografías desplazando el sensor (píxel shift) haciendo un barrido de la escena que no deja un solo punto físico de dicha escena sin que el sensor lo haya registrado. Esto no solo aumenta el tamaño final de imagen hasta un fichero de 7296 x 5472 píxeles (unos 40 megapíxeles), sino que aumenta drásticamente el rendimiento en reproducción de color y disminuye la presencia de ruido. Si miras la prueba que viene en DPREVIEW comparando el modo HR de la Olympus EM5 II con una fotografía hecha con la todopoderosa Nikon D850 verás cómo se las gasta Olympus cuando se pone a ello. Este modo solo sirve para usarlo con la cámara en un trípode y para objetos que no se muevan, pero aún así el alarde tecnológico es espectacular. Hoy, casi cinco años después de que Olympus incorporase este modo en la EM5 II, puedes encontrarlo en otras cámaras, como la Sony A7RIV, pero desde luego no por 749 euros con objetivo incluido.
Otra sorpresa, aunque esta quizás no vayas a usarla, es que debido al tamaño de la montura micro 4/3, existen adaptadores para acoplar mayor cantidad de objetivos, microscopios, telescopios y prismáticos que con cualquier otro tipo de montura. La que yo tuve (ahora tengo una EM1) la usaba con objetivos Canon FD, Canon EF, Olympus OM, Pentax K y objetivos de rosca m42. Si preguntas en Foto Roma por una cámara para hacer fotos a través de telescopios, te recomendarán alguna Olympus.
Y para terminar las sorpresas y este artículo, un par de apuntes con respecto a la grabación de vídeo. El primero es que, precisamente por tener un sensor no muy grande, estarás grabando con profundidades de campo mayores que si grabas con sensores APS o Full Frame (aunque desde luego menores que si grabas con una cámara de vídeo, que para eso están), lo que te permite más flexibilidad a la hora de permitir que la persona grabada no esté pegada a la silla y tenga algo de libertad de movimientos. El segundo apunte se refiere al sonido, y es que esta Olympus permite la desconexión total del previo incorporado del micro, por lo que en vez de un micrófono puedes conectar entrada de línea y grabar directamente en cámara con una calidad brutal el sonido que venga de una grabadora externa, empezando por una humilde ZOOM-H1 que es la que yo empleo.
Muchas gracias por haber leído hasta el final este artículo. Tanto si compras la EM5 II como si no, espero que te haya servido para conocer un poco mejor las modernas Olympus.